¡Levántate y anda!
En ocasiones algunos creyentes pueden llegar a sentirse muy solos y desalentados, esto puede ser una forma de parálisis anímica y espiritual. Esta situación no les deja avanzar en muchas áreas de su vida. Puede llegar a durar mucho tiempo, incluso años. Sin embargo, Jesús de acuerdo a este relato bíblico, vino a terminar con esa condición para el caso de un hombre que llevaba 38 años sin poder salir de su estado físico de parálisis. Hoy el Señor, por medio de su Palabra, quiere ayudar a estas personas que se sienten impedidas de levantarse en la vida y cambiar su rumbo, para que experimenten una nueva vida, caminando en victoria.
Ahora bien, actualmente vivimos en una sociedad muy individualista y egoísta, cada uno demanda lo suyo propio; no importando muchas veces qué le pueda ocurrir al que está a su lado. Por esta razón se pide y difunde que seamos una sociedad más empática y solidaria. Pero con todo, la realidad no cambia y hay personas que viven circunstancias difíciles. Entonces, cobra importancia quienes son como el buen samaritano o quienes hacen la labor de animar o ayudar al vecino, al amigo o hermano que necesita hoy levantarse. La palabra del Señor hoy busca animar a los desalentados.
El relato bíblico es muy decidor, un hombre paralítico que llevaba 38 años en esa misma situación y nadie estaba dispuesto a ayudarlo, puesto que cuando ocurría el evento del movimiento de las aguas; él no podía movilizarse para alcanzar a llegar primero y ser sano de su mal. (San Juan 5:1-9)

1. El lugar Betesda, tenía cinco pórticos. El número 5 es mencionado en la biblia 318 veces. Este número alude a la gracia de Dios para el hombre. Por su parte, Betesda significa en hebreo, “casa de gracia”. De forma figurada, la iglesia del Señor, la comunidad, es una casa de gracia para quienes buscan al Señor en ella.
2. Cuál era el escenario en este lugar. Podemos ejemplificar a cada uno de estos tipos de personas enfermas que describe el pasaje bíblico, todos ellos tenían un impedimento físico. Sin embargo, la aplicación de la Palabra se refiere a una afectación anímica y espiritual. Cabe señalar, que las enfermedades relacionadas con el ánimo y la salud mental, son actualmente un gran problema de salud pública para los países. Veamos entonces, los ejemplos de enfermedades físicas y su equivalente como enfermedad del ánimo.
• Una multitud de ciegos: En lo físico es una dificultad muy grande para una persona. Sin embrago, la ceguera emocional y espiritual también es muy compleja. La persona no logra ver caminos de salida, ni esperanza. Sino que se encuentra atrapada sin ver las muchas alternativas de salida que hay para su vida. Jesús nos dice: “Yo soy la luz, el que en mí cree no andará en tinieblas”. (Juan 8:12)
• Una multitud de cojos: La cojera en lo físico no nos deja caminar fluido. Pero la cojera anímica y espiritual, no nos deja avanzar en la vida. Caminamos un poco y luego nos cansamos o caemos. La palabra nos dice: “que lo cojo sea sanado”; en este caso, restaurar nuestra capacidad de caminar, de mirar hacia adelante, de realizar lo que nos hemos propuesto. (Hebreos 12:13)
• Una multitud de paralíticos: Estar paralizados en lo físico, nos impide realizar muchas cosas en la vida cotidiana. Y estar paralizados en el ámbito anímico y espiritual es muy parecido. No podemos vivir con normalidad; aun teniendo nuestras capacidades intactas, todo parece ser difícil de realizar. Veamos qué nos dice la palabra. “Levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas”. (Hebreos 12:12)
• Jesús otorga una oportunidad de levantarse y caminar a cada uno de los que están en espera de su respuesta. Hoy también hay un estanque de “Betesda” que es la Iglesia, la comunidad. Jesús está dispuesto a sanar.
3. Ahora bien, Jesús y el caso en particular del paralítico. Según la tradición, había que estar a la espera de que un ángel agitara las aguas, pero el paralítico no lograba su oportunidad nunca, pues otro siempre llegaba primero. Llevaba 38 años en espera de ser sanado. Cuántos años llevamos nosotros tal vez sin dar ese paso que queremos dar, sin tomar la decisión de animarnos en la vida y aún estamos quietos, sin poder realizarlo.
4. Jesús dialoga con el paralítico. Él lo vio acostado y supo que llevaba mucho tiempo así. Y pregunta el Señor: ¿Quieres ser sano? Una pregunta muy obvia, pero necesaria. El enfermo relata su situación; así también tú puedes relatar al Señor tu situación. Qué nos ocurre, qué nos pasa y cuál es nuestra carencia. En el caso del paralítico, había una situación de soledad, con un entorno egoísta y competitivo; cada uno luchaba por sí mismo. Tal como ahora en nuestra sociedad. Nadie lo había ayudado en 38 años a poder llegar a las aguas y ser sano. Pero con todo, había llegado su momento. Jesús le habla de sanidad y de levantarse. Lo mismo que a nosotros hoy. ¿Quieres levantarte y ser sano de esta situación de parálisis en tu vida?
5. Resumen:
• Actualmente vivimos en una sociedad muy individualista, cada uno ve por lo suyo, hay muchas personas viviendo situaciones difíciles y las viven muy solas.
• Jesús por su Palabra, hoy nos invita a levantarnos, de cualquier situación de parálisis, ceguera o cojera anímica o espiritual.
• Cuánto tiempo hemos estado viviendo paralizados por los problemas y situaciones de la vida. Jesús hoy nos dice: ¿Quieres ser sano, libre de lo que te impide levantarte y caminar?
• Jesús nos dice entonces: “Toma tu lecho y anda”. Es la invitación a reflexionar y descubrir qué nos tiene paralizados en la vida. Esto está dirigido a ti personalmente. El estanque tenía cinco pórticos; así hoy para ti hay cinco caminos para transitar y hacer tu nueva vida en victoria.
• En el nombre de Jesús: ¡levántate y anda!

Pr. Gabriel Acosta G.