TEMA: “Dios nos da siempre una oportunidad en Cristo” Sn. Lucas 13:6-9 “
“Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después”.
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Plantados para vivir y dar un fruto; la regla de vida
- La vida es un gran propósito para el ser humano, como también todas las cosas creadas tienen un propósito en sí. Sin embargo, no siempre puede llevarse a cabo el desarrollo de este o estos propósitos donde se encuentre un fruto como parte del desarrollo, tanto de las personas como de otras formas de vida que existen.
- En esta ocasión, la palabra del Señor nos trae una parábola muy interesante que encierra el propósito para el cual Dios nos creó, pero también, busca explicar que si esto no es posible por alguna razón, Dios tiene para nosotros un mediador y un ayudador para asistirnos y guiarnos hacia ese gran y eterno propósito que Dios nos otorgó.
- El propósito de Dios para toda persona y, en especial, para todo creyente, tiene distintos ámbitos: el personal, el espiritual, pero también el aspecto relacional que involucra a quienes están junto a nosotros.
- Si abrimos esta parábola, que está muy relacionada con el pueblo de Israel, la ley y los profetas, como también con la gracia de Dios para el mundo, podemos encontrar que el amor de Dios sobrepasa abundantemente cualquier situación contraria a su propósito eterno. No queriendo que nadie se pierda, sino que todos seamos salvos en su amor.
La nueva oportunidad en Cristo, el gran mediador
- Continuando con el desarrollo de la parábola, podemos decir que Dios es quien plantó a Israel como un pueblo que sería luz a las naciones; también, en Cristo se preparó una iglesia que fuera columna y baluarte de la verdad; de esta misma forma nos prepara a cada uno de nosotros como hijos de Dios y creyentes que podamos alumbrar a través de su fe en medio de este mundo.
- El diálogo entre el dueño de la viña y el viñador, es muy hermoso. El dueño señala que ha pasado el tiempo suficiente para que esta higuera diera fruto y no lo ha dado; sin embargo, aparece el viñador intercediendo para una nueva oportunidad, diciendo: “Déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella y la abone”
- La persona de Cristo y su obra intercesora aparece en toda la biblia, antiguo y nuevo testamento, siempre como quien puede mediar, puede redimir, puede sustituir nuestros errores o nuestras carencias por un fruto verdadero. Pero para ello, requiere que su obra, la obra de este viñador que es Cristo, sea aplicada en nuestra vida.
- La metáfora de dejar la higuera un año más, cavar y abonar es la óptima para que un árbol dé fruto. Así mismo es en nuestra vida. Requerimos que el Señor remueva cosas que tal vez están en nuestro corazón y que permanecen allí y nos impiden dar fruto. El que Cristo cave en nuestro corazón, tal vez nos duela, pero nos hará muy bien.
- Ahora bien, que el Señor nos dé de su abono y nos dé de su gracia y de su palabra, son elementos que nos ayudan a tener fuerzas en la fe y a no quedarnos sin dar un fruto. He aquí entonces está en este momento para nosotros el viñador, el Maestro Jesús, para ayudarnos con una nueva oportunidad; liberando nuestro corazón, quebrando toda dureza del alma que impide que salga lo que Él puso en nosotros, que es el fruto del espíritu.
- La pregunta es ahora para nosotros: ¿queremos que el viñador haga su trabajo en nuestra vida, en nuestra higuera, para que podamos dar fruto apacible? ¿fruto del espíritu? Aceptemos esta nueva oportunidad. Un nuevo año, como pide de plazo este viñador, significa una oportunidad en Dios, una nueva temporada, donde Dios a través de Cristo hará su obra en nosotros. Amén.
Radio La Noticia Buena