El Tiempo del Perdón

Unos de los actos más nobles del ser humano es perdonar las ofensas de su prójimo. Sin embargo, para muchas personas este acto se hace muy difícil, puesto que la herida que dejó la ofensa de otro no le permite reflexionar sobre la importancia del acto del perdón. Por este motivo, muchas personas viven una forma de duelo a raíz de haber sido agraviado u ofendido por otro.  Con todo, hay otras personas que experimentan libertad espiritual al perdonar a su enemigo u ofensor. La Palabra del Señor señala que el hecho de perdonar al prójimo es parte de un principio que tiene más beneficios que pérdida para quienes deciden perdonar.

  1. Ahora bien, lo que impera hoy en la sociedad son otras reglas de convivencia. Como hemos mencionado en otras ocasiones, nuestra sociedad actual es “individualista”. Todas las relaciones interpersonales están centradas en la preocupación de sí mismo. Son pocas las personas que usted encuentra que piensan en su prójimo.

En las interacciones con un otro, la regla general es: “El que me la hace, me la paga.” Es como la ley del Talión: “ojo por ojo”. Hay quienes se sorprenden frente a la acción de una persona que estuvo dispuesta a perdonar a otro. Las expresiones pueden ser: “y lo perdonaste” ¡no puede ser!

La invitación de la palabra del Señor es a no vivir bajo la ley del Talión, sino la Ley del amor al prójimo.  Aún más, el Señor fue más allá e invitó a “poner la otra mejilla”. Sin embargo, lo que impera en nuestra sociedad es la odiosidad, la venganza y la resistencia como forma de relación entre las personas frente a un conflicto.

Nuestra base bíblica se encuentra en Mateo 6:5-15. Cuando Jesús enseña a orar a sus discípulos.

12 Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.

13 Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén.

14 Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;

15 mas si no perdonáis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas”.

  1. Los principios son la regla central de la palabra del Señor la cual se cumple en nosotros, cuyo fin es ayudarnos a crecer en la fe y vivir una vida espiritual saludable. Se distinguen dos principios como ejemplo para esta dinámica.
  • mateo 7: 12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.
  • Gálatas 6: 7 No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.

Son reglas o principios que se cumplen de acuerdo al actuar de las personas.

  1. La libertad del perdón – Consideraciones

 El hablar de perdonar no significa una minimización del agravio recibido. De ningún modo quiere decir que no es importante lo que pudo haber ocurrido, sino más bien, tiene que ver con algo que ocurre en nuestro corazón y que de algún modo nos afecta. Puede ser tal la envergadura la herida, que nos puede tener atraparnos en el dolor, la rabia, las ansias de venganza o paralizar nuestros afectos y afectar la relación de confianza con nuestro entorno.

Es como una doble afectación, es decir, el hecho que ocurrió como agravio más sus consecuencias en nuestro corazón y espíritu.

Entonces, el dar el perdón al ofensor nos puede quitar una carga enorme de nuestro espíritu y alma.

El perdón nos hace libres porque nos permite avanzar y volver a confiar. Puesto que hay otras personas que son distintas y el mundo no está lleno de ofensores.

Si yo perdono, también Dios me recibe porque se cumple la ley del amor; “ayudar y perdonar a nuestro enemigo”. Es posible que tengamos enemigos en la vida por variados motivos, pero esto no significa que no debamos perdonarlos sinceramente.

En definitiva, el Perdón nos sana, sana nuestras emociones y afectividad   Santiago 5: 16 – 17. “16 Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.”

De este modo, perdón nos hace libres, nos permite avanzar y sanar nuestras emociones y nos ayuda a desarrollar una vida de fe saludable.

RESUMEN:

  • El perdonar es el acto más noble del ser humano
  • Si embargo, nuestra sociedad tiene otras reglas distintas a las de Dios. El mundo se rige por la ley del Talión. “El que me la hace, me la paga” u “ojo por ojo”
  • Perdonar no es minimizar el agravio, si no es una puerta a la libertad del corazón.
  • La Palabra del Señor nos invita a ser libres y a perdonar a nuestro ofensor.
  • ¿A quién debe perdonar usted? Yo no lo sé, pero usted si lo sabe; ¡hágalo! y experimentará una genuina libertad en su corazón.
  • El mejor ejemplo es el de Jesús; Él rogó al Padre por sus verdugos y dijo: “perdónalos, pues no saben lo que hacen”
  • Bajo la regla de la acción de perdonar, Dios nos recibe y nos abraza ahora.
  • No nos quedemos atados en nuestro corazón, al perdonar, saldrán las raíces de dolor y amargura,
  • ¡Perdonemos, pues Dios ya nos perdonó a nosotros!

     Pr. Gabriel Acosta G