Tema: “Trilogía de la fe: Paciencia, Prueba, Esperanza”  

Romanos 5:4 “y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza; y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado

                                  ¿Por qué las tribulaciones?

  1. En la vida de las personas generalmente se dice que los problemas y las dificultades son algo que nos afectan. Sin embargo, también podemos decir que los problemas son parte de la vida y que, más que asumirlos o aprender a convivir con ellos, es provechoso de todas maneras desarrollar un temple o una forma de enfrentarlos que nos permita mirar hacia adelante cada día y sumirnos en las dificultades.
  2. La palabra del Señor nos da innumerables razones para no quedarnos estancados en las tribulaciones de la vida. El Salmista dice: “alzaré mis ojos hacia los montes” y se pregunta “¿de dónde vendrá mi socorro?”; a lo cual se responde a sí mismo: “mi socorro viene de Jehová” (Sal. 121)
  3. El socorro y la misericordia del Señor, son promesas que acompañan al creyente en su caminar en la fe. La fe en sí se va desarrollando, puesto que la ayuda y la solución a esos problemas que enfrentamos durante nuestra vida, muchas veces no son una solución que estemos viendo en concreto, sino que son recursos que aún no vemos. La palabra del Señor nos dice en el mismo libro de Romanos 8:25: “pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardaremos”
  4. Entonces, como nos dice también su palabra en el mismo libro de Romanos: “lo que vemos en concreto, ¿a qué esperarlo?”. De esta manera, esperamos la solución a nuestras dificultades en un futuro cercano o mediano, pero es por fe. Por fe esperamos eso que hoy no vemos. Es así como se desarrolla la fe; esperar en Dios lo que no vemos.

 

                                      Desarrollo de la trilogía de la fe

  1. En esta ocasión, la palabra del Señor nos presenta una triada o trilogía, que nos invita a una forma de enfrentar la tribulación que viene a nosotros. Esta forma tiene tres elementos, que son: la paciencia, la prueba y la esperanza.
  2. Ya hemos hablado en otras ocasiones que la fe en Dios y su palabra, es un ancla para el creyente donde arribar a todos los recursos espirituales que Dios tiene para nosotros.
  3. Ahora bien, el apóstol Pablo, en la porción bíblica de hoy, nos señala que podemos gloriarnos en las tribulaciones. No obstante, esto puede ser muy contradictorio para cualquier persona y, llegar a decir, que Pablo es Pablo como un gigante de la fe; pero nosotros pudiéramos ser más pequeños en esa experiencia.
  4. Sin embargo, el objetivo de las tribulaciones no es que suframos, ni que padezcamos sólo por padecer. Si los problemas son parte de la vida, pues esa experiencia tendrá un fruto para nosotros como creyentes; la tribulación para un creyente no quedará sin fruto. Lo que vivimos, y que muchas veces es difícil, nos hace madurar y nos da la entereza, no tan sólo para salvar nuestro propio problema, sino que también para animar a otro cuando también esté en su día malo. Además, nosotros mismos, habremos experimentado la victoria sobre la dificultad y no será un lamento; sino más bien, estará presente el gozo de haber pasado la prueba y haber vencido la dificultad en Cristo, nuestro Señor.
  5. Nuestras tribulaciones no son más que la oportunidad, aunque difícil sea, de crecer, de ser fortalecidos y de dar gracias a Dios porque hemos atravesado el desierto de nuestra vida con esperanza en Él.
  6. Entonces, si la tribulación produce paciencia y la paciencia nos lleva a una dimensión de prueba; es decir, de resistencia en medio del problema, esta misma situación nos lleva a la esperanza; pues ésta esperanza en medio de la prueba, da como resultado la victoria y en ningún momento avergonzarnos de ser creyentes en Dios por estar viviendo un tiempo de dificultad.
  7. La invitación del Señor para nosotros esta noche, es que en medio de la prueba que estemos viviendo, no dejemos de mirar al Señor.
  8. La palabra también nos dice que el justo puede ser probado; si algo padecemos, hagámoslo en fe, en esperanza; porque el Señor en su tiempo perfecto, nos sacará de la prueba.
  9. Dios nos bendiga y tomemos esta noche fortaleza en Dios y su palabra.

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