Tema: “Entre el afán y la paz”

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”

            El afán y la preocupación propia de la vida

  1. Todos nosotros de alguna manera nos preocupamos y nos afanamos por resolver problemas y situaciones difíciles en la vida
  2. Hay asuntos que son problemáticas que requieren que nos ocupemos en ellas, sin embargo, nos sobrepasan. Entonces, requieren mayor tiempo y dedicación para resolverlas
  3. Pero existen otras situaciones que no dependen de nuestra acción o resolución, sino que son problemas como enfermedades, carencias, obstáculos; donde tienen que conjugarse muchas cosas para que haya una solución
  4. Pero la palabra de Dios, hoy nos viene a persuadir con amor y ternura, a que no nos afanemos nosotros por querer resolver todo cuanto se nos presenta en la vida, puesto que de esta forma nos trae congoja, ansiedad y tristeza
  5. El consejo de Dios en esta noche es: que todas estas situaciones se presenten como petición delante de Dios, a través de la oración; pero otras, a través del ruego, que es una oración mucho más intensa, precisamente entregando la carga de esta oración en las manos de Dios. De tal modo que nuestra carga se alivie para rendirlo todo a los pies de Cristo
  6. Otro consejo importante que nos revela el Señor, es que hagamos esta acción de orar y de rogar, con acción de gracias. ¿Qué es la acción de gracias?

La acción de gracias es presentar un sacrificio de alabanza a Dios y gratitud por todo su cuidado y amor con nosotros. Es entrar en los atrios de Dios, como en el antiguo culto judío y alabar a Dios por su grandeza. De esta manera rendimos alabanza a Dios y entregamos a la vez nuestras cargas para sentirnos libres para adorar a Dios por medio de Jesucristo su Hijo.

          La paz en tiempos actuales no es fácil de vivirla, pero en Dios es posible

  1. En la mente se dan las grandes batallas, en los pensamientos, donde una gran cantidad de situaciones se presentan y a veces trabaja tanto nuestra mente que no encontramos salida
  2. La mente es afectada, los pensamientos y al ser tan profundos los pensamientos de pesar, llegan a instalarse al corazón. Ya aquí en el corazón, nos pueden llevar a estados de angustia y de tristeza, puesto que no logramos descansar de las dificultades
  3. Cuando logramos descubrir que en Dios podemos descansar y entregar nuestras cargas a los pies de Cristo, nuestro mediador delante de Dios, ocurre el milagro de ser cubiertos por el Espíritu Santo, pero también de ser guardados para no seguir produciendo pensamientos de preocupación y de afán
  4. Cuando rendimos nuestras cargas a Dios, viene inmediatamente la paz, la paz de Dios
  5. Por esta razón, la mente y el corazón deben ser guardados, puesto que constantemente, tienden a producir pensamientos de pesar, de impotencia y de falta de solución
  6. Por tanto, esta noche, el Espíritu Santo y su palabra, nos ministran esa paz que puede hacer descansar estas dos áreas de nuestra vida: los pensamientos y el corazón. Nos resta entonces presentar nuestras peticiones delante de Dios y recibir la paz
  7. No sigamos más afanados en tratar de dar soluciones a asuntos tan complejos. Dios nos invita esta noche a dejar el afán y abrazar la paz de Dios, para que podamos acercarnos al Señor y presentar nuestra acción de gracias en medio de los momentos difíciles que vivimos.

LNB. Programa “Oremos”