OBESIDAD Y COVID-19
¿Por qué es una mezcla peligrosa?
En Chile, los antecedentes sobre obesidad son muy alarmantes; el sobrepeso y la obesidad afecta a más 10 millones de personas. Existen 500.000 obesos mórbidos y 200.000 niños con obesidad severa. Esta situación se ve incrementada año a año, según el último informe de JUNAEB sobre el Mapa Nutricional 2019. Por otra parte, Chile se ubica entre los 10 países con más contagios por COVID-19, actualmente ocupa el 6° lugar.
De acuerdo a estas cifras y frente al escenario de la actual pandemia, se ha creado una mezcla realmente peligrosa para la salud de la población que padece obesidad como enfermedad de base, sin considerar las complicaciones propias de esta enfermedad. Además, se dice que la obesidad se ha “normalizado” como problema de salud pública.
El caso del coronavirus como enfermedad infecciosa, puede afectar con mayor facilidad a las personas obesas, puesto que la obesidad es una enfermedad que presenta inflamación crónica y como efecto una disminución de la capacidad del sistema inmune. Por este motivo, existe mayor probabilidad de contraer el virus COVID-19 y el riesgo de muerte.
La inflamación producida por este virus se agudiza si el paciente es obeso, debido a que afecta fundamentalmente a los pulmones. Otras complicaciones que advierten los especialistas para los pacientes obesos, son: neumonía, insuficiencia respiratoria, miocarditis, falla renal entre otras. También es frecuente la necesidad de ventilación mecánica para este tipo de pacientes.
Hay personas que no son obesos propiamente tal, pero presentan un nivel importante de grasa corporal y tienen una vida sedentaria; estos suelen ser de bastante riesgo frente al contagio del COVID-19.
Ya existen estudios que revelan que los sujetos con obesidad tienen más riesgo de desarrollar un cuadro más grave por coronavirus. En suma, se ha concluido que la obesidad es un factor de riesgo para el ingreso de pacientes en UCI y efectos graves que lleven a la muerte debido al COVID-19.
Antes, se consideraba que las personas de alto riesgo por COVID-19 eran la de adultos mayores con alguna enfermedad crónica, como la hipertensión o enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, esta nueva evidencia apunta a que las personas jóvenes, sin patologías crónicas asociadas, también pasarían a ser un grupo de riesgo si tienen obesidad.
En chile, aún no hay datos de fuentes oficiales sobre pacientes COVID-19 con sobrepeso u obesidad, a pesar que el porcentaje de sobrepeso y obesidad, supera el 60% en la población chilena.
En las campañas para evitar el contagio de enfermedades virales, se pone énfasis en el contagio y no en las condiciones de salud las personas. Promover una alimentación saludable, actividad física, un peso adecuado, evitar el tabaquismo y procurar también un sano estado de salud mental, sería una medida preventiva adecuada.
Fuente: Web-Fundación para la Familia