En este tiempo diferentes países se encuentran en cuarentena por la pandemia mundial que está azotando el mundo. Muchas personas están comenzando a sentir temor por la escases o por lo que pueda pasar; y  cuando estamos en ese estado podemos olvidar a los que nos rodean y a aquellos que realmente están pasando un tiempo crítico porque no tienen alimento, ni apoyo.

Hace una semana observé un hermoso gesto de un hombre que le compró unos zapatos a un muchacho que siempre caminaba con sandalias rotas, también, proveyó alimentos para su familia, puesto que en la casa de este adolescente había una gran necesidad. Fue algo que conmovió mi corazón y cambió mi forma de pensar, ya que en este tiempo no sólo debemos cuidarnos a nosotros mismos, sino también a las personas que lo necesitan.

Gracias a esta enseñanza tomamos la decisión, junto a mi esposo,  de actuar. Conocíamos a una mujer que perdió a su cónyuge, con quién tenía varios hijos y ella apenas conseguía ingresos para sostenerlos y por supuesto que ahora se encontraba más limitada por la cuarentena; entonces, decidimos comprar los víveres necesarios para apoyarla. Cuando ella salió a recibirlos no lo podía creer, estuvo muy agradecida, y después de este acto solamente pensamos en que debemos volver.

Espero que estas anécdotas toquen tu corazón y también puedas ser parte de las personas que piensan en el otro, la Biblia dice: “Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre.” Deuteronomio 15.7 (RVR 1960) no olvides que apoyar al que necesita en un mandato de Dios.

Es posible que tus recursos o ingresos sean ajustados, pero si conoces a alguien que está pasando necesidad no cierres tu mano para apoyarlo; estamos seguros que Dios te bendecirá el doble y no faltará el pan en tu mesa. No olvides que la bendición viene por dar y no tanto, por recibir.

Si este devocional ha cambiado tu forma de pensar, espero que pronto puedas compartir conmigo una anécdota tuya, estoy segura que podemos hacer la diferencia en este mundo bendiciendo a otros.

 Artículo producido para radio cristiana CVCLAVOZ.