A veces los juegos de toda la vida son los más entretenidos y beneficiosos. Las adivinanzas además de hacer pasar un buen rato, nos ayudan a memorizar, a pensar y a aprender conceptos nuevos… ¿Qué tal si les enseñamos a los niños estos pasatiempos tan tradicionales?
Todos alguna vez hemos contado -o nos han contado- adivinanzas. Un entretenimiento clásico que no debería pasar de moda nunca. Sin embargo, con la llegada de las nuevas tecnologías y el ritmo de vida cada vez más acelerado, muchas veces no dedicamos tiempo a estos pasatiempos que pueden ser muy educativos y también muy útiles cuando queremos entretenernos con los más pequeños.
Lo cierto es que las adivinanzas, esas preguntas ingeniosas que normalmente riman y son fáciles de recordar, son un ejercicio excelente para los niños, e incluso para los adultos. Aunque no lo parezca, aportan muchos beneficios, tales como estimular el pensamiento abstracto y la inteligencia, la mejora del lenguaje y la capacidad para resolver problemas. Además de, como es lógico, el buen desarrollo de la memoria.
Y es que, puede ser una actividad que podemos aprovechar por partida doble: primero las aprendemos en familia, los peques las memorizan y luego ellos las trasmiten a sus amigos. Por eso es que se trata de una alternativa más que perfecta, porque pasan sus momentos libres de forma divertida y al mismo tiempo, porque les ayuda a pensar y a ejercitar la mente.
Como no necesitan de ningún tipo de material ni objeto, sino simplemente conocer unas cuantas, contar adivinanzas es un pasatiempo al que se puede acudir cuando y donde se quiera, por ejemplo: en un viaje en coche, durante una tarde de ocio familiar o en algunos momentos de espera en los que no hay otra cosa que hacer.
Aunque no se puede concretar con exactitud cuándo nacieron estos acertijos, sabemos que tienen muchos años de antigüedad. Y es que estos juegos han acompañado a la humanidad a lo largo de la historia, y lo podemos comprobar en la literatura de muchas culturas.
Hoy en día, existen acertijos para personas adultas, pero normalmente las adivinanzas suelen estar dirigidas al público infantil con el fin de, no solo entretener, también enseñar multitud de nociones y nuevo vocabulario. Y esto es así porque tras la solución de cada enigma hay un concepto que puede ser de muchos tipos. Lo que da lugar a que existan adivinanzas de temáticas muy variadas: de cosas u objetos cotidianos, de números y letras, de conceptos abstractos, de partes del cuerpo, de animales y plantas, de personajes, de alimentos e, incluso, algunas de lógica para agudizar algo más el ingenio y otras que se basan en hacer juegos de palabras.
Eso sí, todas ellas ponen a prueba a todo el que se las plantea y el conseguir resolverlas depende de la manera de buscar asociaciones, de los conocimientos y de las experiencias personales que tenga cada persona. Es por esto que también hay distintos niveles de dificultad.
Pues bien, para aquellos que quieran rememorar su infancia y, por supuesto, pasar un buen tiempo en familia (¡porque seguro que será así!) os traemos 10 adivinanzas fáciles, cortas y de varios tipos con las que los niños pueden empezar a conocer este entretenimiento… ¡Estamos convencidos de que les encantará! ¡Allá van!
Solución: la mesa.
Una adivinanza fácil de un objeto que ven todos los días para empezar con el juego de adivinar. ¡Los ojos bien abiertos! ¡La solución puede estar en cualquier parte!
Solución: la almohada.
Este otro ejemplo también servirá para que vayan cogiendo ritmo en esto de adivinar.
Solución: Pinocho.
Esta adivinanza les gustará porque la solución es uno de los personajes que todos los niños conocen. Les encantará darse cuenta de que pueden asociar conocimientos que han aprendido en otros momentos.
Solución: Los gallos no ponen huevos.
Seguramente con este caso se sorprendan porque se darán cuenta de que también hay que fijarse bien en el enunciado de estos juegos. ¡Todos bien atentos a lo que se dice!
Solución: el delfín.
Un ejemplo de que los juegos de palabras también tienen mucho que aportar… ¿quién será el último? El “del fin”.
Solución: la cereza.
Otro caso más con el que descubrirán que colocando las palabras de forma adecuada también sirven para jugar. ¿Un buen momento para hablarles de la poesía…?
Solución: la silla.
¡Más objetos cotidianos que nunca imaginarían que fueran la solución de un juego!
Solución: yo.
Este sin duda les dará que pensar, tendrán que ponerse en el lugar del narrador del acertijo.
Solución: Aladdín.
Si hay algún fan del cuento y las películas de Disney, le encantará conocer también un acertijo de su personaje favorito.
Solución: son la abuela, la madre y la hija.
Acabamos con una adivinanza con la que pensar un poquito más y con la que aprenderán también las relaciones entre los familiares.
Fuente: serpadres.es